Las tres dinastías ganaron el imperio por medio de las benevolencia y lo perdieron por su crueldad. Un e mperador no puede retener el imperioa menos que sea benevolente; un cabalero o una pesona común no puede conservar sus cuatro miembros a menos que sea benevolente" Mencio, Sobre el Mandato Celestial
La noción china de la realeza, tiene sus raices en la creencia de que los antepasados, convertidos en divinidades, debían ser adorados. Si los gobernantes chinos obtenían la aprobación del Cielo y de los antepasados, estaban en condiciones de asegurar la regularidad de la es estaciones, una buena consecha, el equilibrio correcto del yin y el yang en la comunidad y de la jerarquía real.
El Shu Ching, texto clásico de historia, revela la noción de "derecho divino". EL pueblo Chou, que derrocó a sus reyes en 1027, fue hábil en demostrar que el Cielo Había probado su sucesión y el filósofo confuciano Mencio (371-289 a.C) los ayudó a mantener su poder al declara que si el gobernante era justo y si llevaba a cabo sacrificios al Cielo y veneraba a los antepasados, entonces, el orden cósmico, el natural y el humano habría de mantenerse y los gobernantes, mantener el Mandato Celestial.
Si el gobernante descuidaba sus deberes rituales y su responsabilidad moral ante el pueblo, entonces sobrevendría el desorden social y el natural y le sería quitado el Mandato del Cielo. Por lo tanto, se impondría una revolución y de ella surgiría un nuevo soberano. Pero si el nuevo gobernante poseía o no el Mandato del Cielo, solo podría saberse retrospectivamente en función de su acción de gobierno.